Nuevo Año ¿Nuevo Propósito?


Todo vuelve a empezar para algunas personas porque toman el inicio del nuevo año como la oportunidad para renovarse, para dejar atrás todas las marcas de dolor, pérdida, frustración y equivocación que quedaron del año que pasó.


Las nuevas metas empiezan a escribirse en el corazón y la mente se enfoca en aquella esperanza de verlas cumplidas. La sensación de que terminó el año e inició uno nuevo, puede provocar en algunos el deseo de cambiar y de proponerse hacer realidad todo aquello que se anhela en el ámbito espiritual, familiar, económico, laboral, profesional, etc; es lo que pretenden muchos en sus propias fuerzas, por lo mismo, cada año repiten la misma escena.


Para los hijos de Dios, todo día es una oportunidad para mejorar y para crecer conforme al Nombre de Jesucristo; la gratitud siempre está a flor de piel, la fe y el compromiso se aviva cada día con tal de proseguir hacia la meta de ver hechos realidad aquellos anhelos que guardamos en nuestro corazón. Tenemos presente a Dios y confiamos que guiados por su Espíritu y cimentados cada día en la "Roca Fuerte" que es nuestro Señor Jesús, vamos a avanzar imparablemente hacia el logro de cada uno de esos anhelos. ¿Qué nos podría hacer falta si tenemos todo lo que necesitamos? Tenemos a Jesús, tenemos el Espíritu de Dios, estamos cerca de nuestro Padre. ¿Qué o quién podría detenernos? Es verdad, con esta certeza nos es más que suficiente; podemos estar tranquilos, en nosotros solo sucederá lo que nuestro Padre Eterno, determine que suceda, con la garantía de que el propósito de manifestar Su gloria siempre prevalecerá por encima de todo.


Lo mejor es enfocarnos en el día de hoy, en ser conscientes de que por hoy, nos es suficiente para estar ocupados; confiando en que el mañana será favorecido con aquellas victorias que nos serán concedidas en Cristo Jesús.


No nos preocupemos por lo que pueda suceder el día de mañana, no nos afanemos en pensar que tenemos que esforzarnos para lograr algo; más bien, disfrutemos el hoy, escuchando la voz de nuestro Padre, deleitándonos en Su presencia, recibiendo el alimento que hoy tiene para nosotros y gozándonos en obedecerlo, solo así tenemos garantizada la prosperidad que realmente necesitamos.


El día de mañana vendrá con lo que venga, sea bueno o no tan bueno a nuestro parecer; lo importante es que tengamos la certeza de estar cimentados en la voluntad de nuestro Padre, enraizados en Su verdad y bien armados y preparados en el espíritu. Solo así podremos vencer las batallas que traerá cada día y podremos también disfrutar de las victorias y los beneficios que tenemos garantizados en Cristo Jesús.


Los hijos de Dios no dependemos de una fecha determinada para aprovechar cada oportunidad de vida que nos da nuestro Padre, para renovarnos en Su poder y alinear nuestra vida a Su voluntad y Sus propósitos. Tenemos claro que nuestra meta vital es Cristo Jesús, que en todo tiempo está vigente el anhelo de ser como Él y de vivir como Él vivió. Él es nuestro reino y nuestra justicia, Él es nuestro propósito de vida, lo demás será añadido conforme los tiempos y los propósitos de nuestro Padre.

¿Qué Necesitas?


Si tenemos la certeza de conocer a Jesús, si contamos con el regalo de la salvación, si sabemos que hemos sido reconciliados para la eternidad con nuestro Padre y que tenemos Su Santo Espíritu, qué más podríamos necesitar para vivir. ¿Habrá algo que nos haga falta?


Solemos preocuparnos por cosas que no son necesarias o por soluciones que se nos escapan de nuestras manos porque no depende de lo que podamos desear o hacer; pensamos que tenemos que estar moviéndonos en nuestra fuerza para garantizar el éxito en alguna área de nuestra vida, cuando en realidad lo único que demanda Dios de nosotros, es que nos ocupemos en obedecerlo.


¿Qué necesitas? obedecer a Dios, solo eso. El resto será añadido en los tiempos y según lo que Dios haya determinado para ti. Así que, para qué afanarnos; para qué hacer planes que a la hora de la verdad probablemente no han sido establecidos por Dios para nosotros, que han surgido de la emoción y de la carne y que nada tienen que ver con lo que el Señor ha preparado para nosotros.


Lo que realmente necesitamos es ocuparnos en sembrar bien, aquí y ahora; necesitamos ser conscientes de lo que en estos momentos nos está permitiendo vivir el Señor. Es necesario entender el propósito que hay detrás de todo lo que hoy estamos enfrentando, por qué hoy nos estamos sintiendo como nos estamos sintiendo, por qué estamos pensando como estamos pensando y qué es lo que piensa Dios de todo eso. ¿Cómo quiere Él que administremos nuestros pensamientos, emociones y sentimientos? ¿Qué quiere hoy Dios de nosotros? Es en lo que nos debemos enfocar, lo demás vendrá como añadidura.


Lo que Dios sabe que necesitamos, Él nos lo va a dar; no nos preocupemos, ocupémonos en sembrar palabras, acciones y obras alienadas a la voz de su Espíritu, para que vivamos como hijos suyos, como coherederos en Cristo Jesús.


Nada nos faltará mientras nos ocupemos en disfrutar de la identidad de hijos de Dios que nos ha sido concedida por gracia y por fe. En Cristo Jesús está nuestra plenitud.

"Él No Te Dejará Sin Respuesta"


Hay momentos en los que nos entra el afán por planear cómo lograr aquello que tanto hemos anhelado, cómo tratar de agradar a Dios para que de cierta forma, la esperanza para recibir aquello que tanto le hemos pedido, esté más cerca de nosotros y ese anhelo de nuestro corazón sea una realidad.


No nos digamos mentiras, siempre estamos esperando a que Dios obre de manera sobrenatural aquel milagro que hemos estado esperando por tanto tiempo. Es cuando la oportunidad de un nuevo comenzar trae consigo la esperanza de ver cumplida esa promesa que Dios nos ha entregado hace mucho y que esperamos con tantas ansias para disfrutarla.


No es necesario que intentes hacer algo ymucho menos en tus propias fuerzas para tratar de acelerar los tiempos del Señor. Él sabe perfectamente qué te ha prometido, qué necesitas y qué anhelos guardas en tu corazón. Él mismo te ha dado esos sueños y esos anhelos, tus planes ya no existen porque fuiste cimentado en los Suyos.


Lo que te ha prometido lo cumplirá, Él no te dejará sin respuesta; lo que ha determinado darte nada ni nadie te lo podrá quitar, nada ni nadie podrá evitar que lo recibas. Confía en Su voluntad, en Sus tiempos y en Sus propósitos; no te desesperes tratando de buscar la forma de "ayudar a Dios". Él no necesita nada de ti para cumplir Su Palabra, lo que ha dicho que hará contigo, lo hará; lo que te ha prometido, te lo entregará.


Espera con paciencia el cumplimiento de Sus promesas; Él no te dejará avergonzado, Él es fiel y por amor de Su Nombre, no te fallará.

"Ya Tenemos Propósito"


No por iniciar un nuevo año Dios va a ser movido a tu afán de ver hechos realidad los anhelos de tu corazón. Podrás pensar que por iniciar un nuevo año las cosas van a ser diferentes y lo que no pudiste obtener o ver cumplido en el año que pasó, creerás que en este año sí debería ser así; ese año favorable en el que todo lo que quieres sea una realidad.


Ten presente algo, Dios no se mueve en el tiempo de nosotros; Él ES, así de simple. Él no necesita de un nuevo año para renovar Sus promesas; no pretendas que porque pasa un año, tu milagro está más cerca. Así no funcionan las cosas con el Señor, no intentes encasillarlo en lo natural.


Él ya sabe en qué momento cumplirá Sus promesas en ti; no tienes que recordarle siquiera que te ha prometido algo. Él es fiel a su Palabra y si te ha dado una promesa, ten la plena certeza de que así se hará.


Nosotros los hijos de Dios no nos debemos dejar llevar por lo que los del mundo se guían; ellos normalmente están a la espera de una cantidad de deseos que se renuevan cada año y que en sus propias fuerzas siempre pretenden alcanzar.


Nosotros ya tenemos propósito, nuestro propósito como hijos de Dios es claro: "obedecer a nuestro Padre, para ser más como su Hijo Jesús". Como puedes notar, no carecemos de propósito, ya tenemos suficiente motivación para vivir; qué más que el querer parecernos a Jesús, qué otra misión podría superar la instrucción que Dios siempre demanda de nosotros respecto a la obediencia que siempre quiere que ejerzamos para agradarlo.


Los hijos de Dios ya tenemos propósito, los planes y propósitos de nuestro Padre; Él nos los mostrará, Él mismo nos los dará para que vayamos en pos de su cumplimiento. Él mismo hará que sean una realidad en nosotros. Nuestro deber es gozarnos en obedecerlo, el resto corre por cuenta suya; eso sí, ten la plena seguridad de que Sus planes siempre son mejores y más beneficiosos que los nuestros.

"Nada Nos Falta"


Quizá podemos pensar que nos hacen falta un montón de cosas, por lo general; cosas que hacen alusión a la satisfacción de algunos deseos que no se han hecho realidad. Pensemos en lo que realmente cobra importancia en este preciso momento en nuestra vida; no hay nada que nos pueda estar haciendo falta, mientras estemos verdaderamente enfocados en Cristo Jesús. Si no hay satisfacción, es quizá porque estamos anhelando otras cosas en lugar de disfrutar de la plenitud que hallamos en Él.


Enfoquémonos en lo importante, en el reino y la justicia manifestada en Cristo Jesús, en Su Nombre; confiemos en la soberanía de nuestro Padre, Sus tiempos son perfectos, Él no nos fallará con lo que sabe que necesitamos; el añadirá en Su tiempo, aquellos otros beneficios que haya determinado entregarnos según Sus propósitos.


Nada nos falta si estamos en obediencia a nuestro Padre; alineados a Su Palabra, enfocados en Cristo Jesús, tenemos lo que necesitamos, tenemos lo que Él quiere tengamos; entonces, todo está bien. Sigamos perseverando en santificación y dejemos que Él se encargue de proveer y cumplir Sus promesas en nosotros, Él no nos fallará; estamos bajo Su cobertura, todo está bien, todo tiempo es perfecto, todo lo que vivimos tiene propósito divino en nuestro beneficio y crecimiento espiritual.


Puedo decir: "nada me falta" porque Cristo Jesús lo llena todo en nosotros; porque en realidad, solo en Su Nombre, hallamos plenitud, gozo y paz.

"No Te Desgastes"


No te desgastes en planear una cantidad de metas y proyectos sin contar con el Señor, planes que al fin de cuentas no tendrán Su respaldo si no están alineados a Su voluntad para ti. Cuando haces planes sin tenerlo en cuenta a Él, sin que estos estén alineados a Sus propósitos, estos terminarán en frustración, en fracaso.


Ten en cuenta que en tu vida solo serán exitosos los planes que Dios forje en tu corazón y que te lleva a ponerlos en acción a través de Su sabiduría y del poder que te ha concedido en su Espíritu; de lo contrario, nada de lo que hagas fuera de los diseños de Su reino prosperará conforme a Sus propósitos.


Asegúrate de que todo proyecto que vayas a iniciar, haya sido concedido por Él; solo así, en Sus manos, podrás ver el éxito según Su voluntad.


Pide Su dirección en todo tiempo, deja que sea Él quien marque el rumbo que por excelencia se denota cuando nos ocupamos en obedecer lo que Él nos manda para que se manifieste Su gloria. No dudes de ver Su respaldo y Su gracia obrando en tu favor cuando estás en el lugar donde quiere que estés, haciendo lo que Él quiere que hagas.


Es lo que Dios quiera, cuando Él quiera, como Él quiera y donde Él quiera; así es en nosotros sus hijos; nuestro propósito es vivir para Él en Cristo Jesús, honrarlo y obedecer Su voluntad. Cristo Jesús, es nuestro propósito vital, porque solo en Él podemos agradar a nuestro Padre; por eso, nuestra confianza no debe estar en nostros mismos ni en ningún otro hombre, solo en Cristo Jeśus, en su Nombre; en su Identidad está nuestra esperanza y nuestra seguridad, en Él, nuestra plenitud.

"No Te Afanes"


Sabiendo en quién estás, para quién vives y cuál es tu principal necesidad, "Cristo Jesús"; tienes la ventaja de vivir el día a día sin el afán que envuelve al mundo. Puedes seguir caminando y avanzando con libertad y con paso firme hacia la meta que como hijo de Dios tienes por alcanzar a "Cristo Jesús".


No hay propósito mayor que el ser regenerados por el Espíritu, conforme a la semejanza de Jesús; no hay anhelo más significativo que poder ser perfeccionados conforme a Su identidad y Su carácter. El mejor propósito para nosotros como hijos de Dios, es Cristo Jesús; nada se compara con alcanzar por Su gracia y Su poder el perfeccionamiento y la regeneración que necesitamos conforme a su Nombre.


No hay manera de afanarnos mientras seamos conscientes del para qué y para quién vivimos cada día, todo lo que vivimos tiene propósito en Cristo Jesús; cada circunstancia y cada tiempo está diseñado para que avancemos en el perfeccionamiento que obra el Espíritu de Dios, para forjar a su Hijo Jesús en nosotros. ¿Por qué afanarnos entonces? no hay necesidad.


No te afanes, no te inquietes por el futuro y menos por el pasado; avanza con paso firme en la fe que te ha sido concedida en Cristo Jesús. Deja que sea nuestro Padre quien se encargue de cumplir Sus propósitos en tu vida; mientras estés en Su voluntad, tendrás la plenitud que muchos buscan en el afán del mundo y del día a día. Recuerda que tienes propósito en, por y para Jesús, en Él está lo que realmente necesitas y lo que debes alcanzar. El resto poco a poco será añadido según la voluntad de nuestro Padre, según Sus planes, Sus tiempos y Sus propósitos.


Oración:


Padre Eterno, Amoroso, Santo, Fiel y Misericordioso; bendito es tu Nombre, Nombre que nos ha sido revelado y concedido a través de Cristo Jesús, para que en Su gloria podamos darte honra. Sigue llevándonos de gloria en gloria y de victoria en victoria a través de tu Poder, en Cristo Jesús; que su Nombre sea vivificado cada vez más en nosotros, que nosotros seamos cada vez menos; que cada día, en Su Nombre, te ofrecemos adoración de olor fragante, que seamos cada día de existencia, sacrificio vivo y agradable rendido ante ti. Amén.