Es fácil sentirse bombardeado con información sobre lo que significa amar y ser amado, con consejos sobre todo, desde el cuidado personal hasta salvar nuestro matrimonio.
Esos mensajes tienden a enfocarse en el amor condicional y egoísta, un amor que puede resultar en desilusión o confusión.
Debemos recordarnos a nosotros mismos que el molde para el amor verdadero no está en las definiciones culturales, nos lo dio un Dios que representa el concepto mismo.
Hay más.
El amor de Dios es diferente de cualquier otra clase de amor. De hecho, la Biblia dice que Dios es amor.
Dios envió a Su único Hijo a morir por los pecados de cada uno. Solo había una razón para que Dios experimentara esta clase de dolor: Su amor por nosotros.
Dios no nos necesitaba, pero nos quería. Luchó para dar al corazón más lejano un regalo que nunca podríamos ganar o merecer: vida eterna. El amor de Dios es incondicional, pródigo y eterno. Y, es para todos.
Amar a Dios.
Puede ser un desafío amar a los demás (y a nosotros mismos) si no amamos primero a Dios.
Buscar a Dios consistentemente es una de las mejores maneras de conocer de Su perfecto amor, y rendirle devoción y honor a la vez.
Amar a Dios puede verse como:
Llegar a conocerlo leyendo la Biblia
Honrando a Dios en adoración
Teniendo una charla con Dios por medio de la oración
Ámate a ti mismo.
Si bien siempre habrá areas de la vida en las que necesitaràs crecer, es esencial permitir que el amor de Dios transforme la forma en que te ves a ti mismo.
Dios nos compró con un precio y nos llama Sus hijos. Nos da un futuro lleno de esperanza, para hacer las buenas obras para las que nos creó.
Cuando elegimos respetarnos y valorarnos a nosotros mismos, elegimos honrar a Dios.
3 formas de practicar el amor propio:
Crea hábitos que alimenten tu mente, tu cuerpo y tu espíritu.
Pide a Dios que te muestre cómo Él te ve.
Aparta tiempo para descansar en la presencia de Dios.
Ama a tu prójimo.
Cuando te ves a ti mismo como Dios te ve, puedes amar a los demás como Dios te ama.
Dios planeó relaciones saludables que fueran compasivas, sacrificial y perdonadoras. Dios quiere que nos amemos unos a otros de la forma que Él nos ama.
3 formas de amar a otros:
Ora por las personas en tu vida.
Sirve a alguien con tu tiempo, talento o finanzas.
Sé rápido para escuchar y para perdonar.